Ya es un poco tarde para hacer un post repasando mi visita al Celsius, tampoco creo que tener mucho más que añadir a los artículos que he leído al respecto. Es uno de los encuentros literarios mejor consolidados, con un público fiel, dirigido por una organización con mucha experiencia a sus espaldas y un futuro más que asegurado. Si eres un escritor de literatura fantástica debes ir. Si eres lector, también.
Ahora empieza el otoño y con él la temporada de festivales otoñales. No podremos disfrutar del festival Niebla de Salamanca, que tras una brillantísima primera edición ha desaparecido sin más explicaciones. Todo parece señalar que este encuentro ha tenido una vida muy breve y es una pena porque necesitamos este tipo de eventos, creados con buen criterio y con capacidad de difusión. En Andalucía, Dos Hermanas celebrará su XII Encuentro de Literatura Fantástica (siendo uno de los decanos de este tipo de encuentros es también muy desconocido). Y quince días más tarde la Andalucía ReaderCon celebrará su tercera edición con el respaldo del CICUS. Puede que la ReaderCon pase desapercibida para los medios de comunicación, pero no es nada desconocida para un público joven que no deja de crecer. Se está convirtiendo en unas de citas literarias que hay que tener en cuenta. Si a esta sumamos que en Sevilla La Casa del Libro celebra este año unas jornadas de literatura juvenil y fantástica podríamos decir que la fantasía está empezando a tener público suficiente como para que surjan a su alrededor cada vez más encuentros y festivales. Queda por ver cuántos de ellos sobrevivirán y si llegarán a tener la entidad de la que ya disfrutan los encuentros de novela negra en toda España (por poner un ejemplo de sobra conocido). Para los autores de fantasía españoles el futuro aún es una incógnita, aunque no está de más decir que parece que estamos en un momento prometedor, los años dirán en qué queda todo esto. Cruzando Despeñaperros la Semana Gótica de Madrid, el festival de Fuenlabrada o la veteranísima Hispacon son algunos de los más conocidos, Castellón tiene el festival Fantasti´cs y seguro que hay más que no conozco.
Algo muy curioso respecto a este tipo de encuentros es que cada vez que aparece uno nuevo surge el debate sobre la utilidad de los mismos. No son pocos los que opinan que hay en ellos una enorme endogamia, que son poco más que patios de recreo para disfrute de los favoritos de cada organización, que apenas tienen peso mediático y que siempre vas a encontrar en ellos las mismas caras. “Favoritismo” es una palabra que se repite una y otra vez, normalmente en boca de aquellos que sienten que no disfrutan de estos favores. También suele aplicarse la misma queja al público, siempre los mismos bloggers, siempre los mismos círculos del fandom ¿Tiene algún sentido acudir a estos certámenes si no eres un autor alabado por los fans o ensalzado por la organización del evento en cuestión? ¿Ayuda a su proyección como profesional? ¿Le sirve, al menos, para vender algún que otro libro? Son las preguntas recurrentes y no es malo abrir debate, siempre y cuando estemos dispuestos a contestarlas de un modo objetivo. Algo complicado cuando los que responden son parte interesada de uno u otro bando.
¿De verdad sirven de algo estos encuentros? Es algo en lo que pienso muy a menudo, ya que formo parte de la organización del Encuentro de Literatura Fantástica de Dos Hermanas y presido una asociación cultural que organiza charlas literarias de carácter mensual. Personalmente mi opinión es que sí. Es cierto, es muy fácil encontrar caras que se repiten de un certamen a otro, pero es que tampoco somos tantos como para no repetirnos. Por mucho que digamos que si algo sobra hoy en día son escritores, lo cierto es que la cantidad no se traduce en calidad, así que los que acaban en estos encuentros son los que tienen una trayectoria demostrada. Eso no quita que cada cierto aparecen caras nuevas y algunas llegan para quedarse. En cuanto a los bloggeros, la prensa y los medios comunicación no suelen tener un enorme interés en cubrir estos eventos, si lo que se busca es tener la oportunidad de llegar al mayor público posible, éste es un modo a nuestro alcance. Y por supuesto, esta gente tiene su filias y sus fobias, sus autores favoritos y los que odian. Son lectores, no periodistas.
A día de hoy es difícil que los libros lleguen a los medios, los encuentros literarios son una buena manera de acercar la literatura al público y de llamar la atención, de presentar novedades y de hacer ruido cuando estamos rodeados por un angustioso silencio. Necesitamos escaparates y necesitamos puntos de encuentro, en estos certámenes nacen curiosas iniciativas, aparecen nuevos proyectos y tienes la oportunidad de hablar cara a cara con gente a la que no verías de otra forma. También engordan las a veces famélicas agendas culturales de las ciudades en las que se celebran, que no es poca cosa. Intentar generar movimiento cultural alrededor de la literatura no es una tarea fácil, yo me he encontrado un buen número de puertas cerradas al intentar montar actividades, incluso cuando eran gratuitas. Así que estoy dispuesta a apoyar a los que sí lo consiguen.
El movimiento nunca es malo, es verdad que todo puede mejorarse y que cada mesa cojea de alguna pata, pero mientras sostenga una pila de libros, es una mesa útil.
Larga vida a los festivales.